Parque Nacional Tierra del Fuego

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Mar, montaña, valle, bosque y lagos… Tierra con historia

Si estás buscando conectar con la naturaleza y la historia de la ciudad más austral del mundo, el Parque Nacional Tierra del Fuego es el lugar ideal para hacerlo.

El parque protege 68909 hectáreas y es el único de la República Argentina que combina ambiente marino, boscoso y de montaña dando forma a la costa marina, lagos, valles, extensas turberas y magníficos bosques dominados por lengas, guindos y ñires. Todos estos ambientes forman un escenario singular con el aire más puro que pueda respirarse.

Este lugar encierra la historia de los yámanas, antiguos habitantes de estas tierras. Prestando atención, podés encontrar montículos de cholgas y mejillones, restos de su alimentación, conocidos como “concheros” que nos recuerdan que estas tierras están habitadas desde hace más de 10.000 años.

Acá vas a encontrar paisajes exuberantes y diversos, habitados por aves como el pintoresco cauquén marino, el pato vapor o el albatros ceja negra. Al adentrarte en los senderos es normal que te cruces con zorros grises y colorados, y que escuches el “tac, tac, tac” de un pájaro carpintero.

Un viaje en tren hacia la historia y la naturaleza

El trencito, además de recorrer un camino pintoresco, cuenta la historia de los presos que cumplieron su pena en Ushuaia. Antiguamente, el tren partía desde el presidio y llegaba al Monte Susana donde los reclusos conseguían materiales para construir.

Hoy, el recorrido comienza en la Estación del Fin del Mundo, a 8 kilómetros de la ciudad, y en una hora aproximadamente llega a la última estación ubicada cerca de la entrada del Parque Nacional. Si contratás una excursión previamente, los guías van a estar esperándote ahí para ir a recorrer el parque; sino, volvés en el trencito a la estación principal.

La Estación del Fin del Mundo es un lugar emblemático. Ahí vas a poder ver los talleres de mantenimiento, fotos antiguas, comprar souvenirs en la tienda o tomar algo en la confitería mientras esperas la partida del tren.

El trencito atraviesa bosques de lenga y ñire, turbales y el río Pipo; en la cascada Macarena hace una parada y podés descender para llegar hasta un punto panorámico. Todo esto, acompañado por un audioguía en siete idiomas que te va contando la historia del lugar. Los vagones cuentan con amplios ventanales para que no te pierdas el increíble paisaje.

Existen diferentes categorías: clase turista, primera y premium.

El trencito es una actividad que se puede realizar en cualquier momento del año, ideal para toda la familia, tanto los más chicos como los grandes van a poder disfrutarlo.

Hay opciones para todos los gustos, desde el bosque acogedor que te abraza con su aroma a ñire, hasta las impactantes aguas frías del Canal Beagle; desde senderos por la montaña hasta áreas de camping para relajarte cerca del río. Los senderos tienen diferentes grados de dificultad y están claramente marcados; es posible transitarlos ya sea por cuenta propia o en excursiones con guías de montaña. Estas excursiones guiadas pueden combinarse con actividades a remo en alguno de los cuerpos de agua que conforman el Parque Nacional.

Dentro del parque se encuentra la Bahía Lapataia. El nombre proviene del idioma yámana y significa bahía del bosque. Además de ser un hermoso paisaje, Lapataia es el final de la ruta 3; allí se encuentra el famoso cartel que indica los 3063 kilómetros que lo separan de la capital argentina. A través de un circuito de pasarelas vas a poder recorrer el entorno y disfrutar del aire fresco del mar mezclado con el bosque.

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