En esta nota te recomendamos algunos de los mejores circuitos del país para vivir una inolvidable experiencia sobre ruedas.
El término roadtrip concentra lo mejor del viaje: conocer imperdibles en cuatro ruedas y la libertad de perderse por rincones mágicos. Paisajes rojizos, alpinos, selváticos y costeros son algunas de las alternativas del turismo en auto por la Argentina. En esta nota te recomendamos algunos de los mejores circuitos del país.
Nada como subirse al auto, poner play a la banda preferida de turno y dejarse llevar por rutas, paisajes y acompañantes de lujo. No importa cuántas horas o kilómetros haya que recorrer en cuatro ruedas: el plan es justamente ese. Termo y mate de por medio, los roadtrips tienen un encanto único que invita a adentrarse por caminos donde la hipótesis de desconectar se reafirma tramo a tramo. Por suerte, la Argentina sabe mucho de paisajes y disfrute. Así que, ¿cómo no va a haber rutas de ensueño para recorrer el país?
Es imposible hablar sobre roadtrips en la Argentina sin mencionar a la mística Ruta 40, un tramo de 5200 kilómetros que cruza el país de norte a sur y es el mayor testigo de la diversidad paisajística que ofrece el país sureño. Aventureros de todo el mundo la tienen en su lista de pendientes y motivos sobran.
Norte, sur, espejos de agua, cascadas, desiertos, viñedos, parques nacionales, mar. Elegir un sólo destino es imposible pero, para facilitar el trabajo, esta es la selección de los mejores roadtrips para hacer por suelo argentino. Demás está decir que las rutas se pueden combinar y, por qué no, recorrer el país de punta a punta.
Ruta de los Siete Lagos, Neuquén
110 kilómetros de bosques, lagos patagónicos y picos nevados, pasando por pueblos típicos del sur del país. La Ruta 40 se tiñe de verdes, celestes y blancos para dar lugar a una experiencia única que atraviesa dos Parques Nacionales: el Nahuel Huapi y el Lanín.
Este emblemático camino es la meca de mochileros, familias, grupos de amigos, parejas y cualquier persona que quiera conectar con el corazón de la Patagonia. El recorrido está pensado para que el viajero se adentre en rincones mágicos, desde San Martín de los Andes hasta Villa la Angostura. Sus grandes imperdibles captan las mejores postales y permiten un acercamiento inigualable con la naturaleza.
Los famosos siete lagos que dan nombre al circuito son: Lago Lácar, Lago Machónico, Lago Villarino, Lago Falkner, Lago Escondido, Lago Espejo y Lago Correntoso. Las coordenadas inundan el lente de la cámara y algunas también permiten acampar y pasar la noche a orillas del agua. Para completar la aventura por la zona, hay que conocer Villa La Angostura, Bariloche, San Martín de los Andes y la increíble Villa Traful.
¿Cuándo ir? Idealmente de diciembre a marzo, meses perfectos para disfrutar del calor del verano.
¿Cuántos días? La Patagonia amerita un mínimo de 15 días para poder admirar sus maravillas sin apurarse.
Norte argentino: Tucumán, Salta y Jujuy
Otro tramo que recorre la épica Ruta 40. Esta vez, las ruedas pisan tesoros nacionales coloridos que emocionan. Las provincias que integran el circuito son Tucumán, Salta – cariñosamente apodada “La Linda” – y Jujuy. Viñedos, montañas, salinas, valles, gastronomía y un roadtrip que lo tiene todo.
Hay dos grandes rutas que atraviesan los principales imperdibles: la 40 y la 9. Desde San Miguel de Tucumán, ciudad testigo de la declaración de la Independencia argentina, se empieza el viaje hacia arriba para llegar hasta la capital de Salta, en un trayecto que ya deja ver el potencial paisajístico de la región. En “La Linda”, el itinerario premia al turista de turno con las deliciosas empanadas salteñas mientras camina una ciudad repleta de historia. Tres horas más tarde se llega a Jujuy, para empezar el camino color tierra con paradas obligatorias en la ruta 9.
En primer lugar, el pueblo de Purmamarca – desviándose apenas por la ruta 52, que conecta más adelante con la 40 – alberga el Cerro de los Siete Colores y un centro inundado por artesanías típicas de la zona. A 66 km, las Salinas Grandes regalan postales blancas con destellos celestes, en un tour para activar todos los sentidos. Retomando la ruta 9, el pueblito de Maimará también se suma a la lista de colores con su Paleta del Pintor y Tilcara permite un recorrido por su pintoresco pueblo y la visita al Pucará, una fortaleza con vistas a los cerros.
Todavía más al norte se llega a Humahuaca, sede de una de las fiestas más populares del país: el carnaval. Este pueblo es el punto de partida para conocer otra de las joyas de Jujuy: la Serranía del Hornocal – conocida como el Cerro de los Catorce Colores -. Para completar esa zona de pueblitos, el paso por Iruya es necesario para vivir la cultura norteña y seguir consiguiendo fotos para el recuerdo.
El roadtrip, como si le faltara algo más, también incluye ruta del vino. Porque estar en la Argentina y no probar sus uvas es imperdonable. Y Salta deslumbra con su cepa estrella, el Torrontés. Las localidades para el turismo vitivinícola son Cafayate, San Carlos, Cachi, Molinos y La Viña.
¿Cuándo ir? Las mejores épocas son el otoño y la primavera (mayo, junio, octubre y noviembre) porque no hace tanto calor como en el verano.
¿Cuántos días? 10 días para conocer los imperdibles, hacer la ruta del vino y tomarse el tiempo para disfrutar de los paisajes.
Litoral argentino: Entre Ríos, Corrientes y Misiones
Un viaje que atraviesa selvas, Parques Nacionales, esteros y muchísima flora y fauna regional. ¿La gran protagonista? Las Cataratas del Iguazú, en Misiones, imponentes caídas de agua consideradas como una de las siete maravillas naturales del mundo.
Las paradas en auto recorren tres provincias: Entre Ríos, Corrientes y Misiones – manejando por la ruta 14, pegada a la frontera con Uruguay y Brasil -. La primera de todas recibe miles de turistas que quieren sumergirse en sus famosas aguas termales, un recorrido que encuentra sus mejores spots en Colón, Federación y Villa Elisa. Entre Ríos también alcanzó fama mundial por su Carnaval de Gualeguaychú, una celebración a puro color, baile y música que da la vuelta al globo. Por último, el Parque Nacional El Palmar alberga especies únicas de palmares de yatay y fauna autóctona (carpinchos y vizcachas).
Corrientes, por su lado, es sede de los Esteros del Iberá, una reserva ecológica que respira naturaleza, aire libre y fauna. También es uno de los humedales de agua dulce más importantes del mundo. Las actividades acá incluyen paseos por lancha, cabalgatas y safaris para poder capturar la esencia de cada especie local con el lente de la cámara.
Por último, Misiones no sólo contiene a las majestuosas Cataratas del Iguazú con su icónica Garganta del Diablo, sino que también presenta caminos ideales para hacer en auto y terminar de empaparse de la selva misionera. Para continuar por la ruta 14, se puede visitar Oberá y Aristóbulo del Valle, buenos puntos para turismo interno y para conocer otros imperdibles de la zona como los Saltos de Moconá, las Ruinas Jesuíticas – declaradas Patrimonio de la Humanidad – y el Parque Provincial Salto Encantado.
Cambiando de ruta – número 12 – desde Posadas, la capital, se llega hasta el otro extremo de la provincia y una de las maravillas emblema del país: el Parque Nacional Iguazú con las Cataratas del Iguazú.
¿Cuándo ir? Entre marzo y junio, ¡aunque la primavera también es una buena instancia!
¿Cuántos días? 10 días.
Costa Atlántica: Pinamar, Mar del Plata y Necochea
La Argentina se caracteriza por la variedad de paisajes que tiene. Así que no podía faltar el factor mar. Menos que menos cuando las paradas técnicas involucran gastronomía, bosques, dunas de arena, acantilados y playas súper amplias.
Este recorrido en auto es el favorito de los argentinos en la temporada de verano. Son miles los viajeros que, desde distintos puntos del país, agarran la ruta 2 y se acercan a disfrutar de las olas que regala el Océano Atlántico
¿Qué coordenadas integran el roadtrip? Desde Buenos Aires, la primera pausa para disfrutar de mar y bosque es Pinamar, una localidad del partido de la costa que reúne familia y amigos en paradores espectaculares. A pocos minutos se encuentra el mejor bosque escondido de la Provincia de Buenos Aires: Cariló. Arboledas vírgenes, olor a eucalipto y calles de tierra componen este lugar salido de un cuento.
Continuando por la ruta 11, dos horas después, se llega a la icónica Mar del Plata. Repleta en verano, tranquila en invierno, el encanto persiste sin importar la estación. El trayecto en auto al ingresar a la ciudad es imperdible: la costa de un lado y el contraste de edificios modernos del otro. Acá hay que probar gastronomía de mar y, si el plan es roadtrip con amigos, la premisa de la noche marplatense resuena fuerte por territorio argentino.
La última parada es Necochea, pasando por playas alucinantes antes de llegar, entre ellas las amplias arenas de Chapadmalal.
¿Cuándo ir? Enero y febrero es temporada alta para los argentinos, ¡y se vive la mejor época del verano! Si la idea es recorrer con menos gente, diciembre y marzo son otras alternativas posibles.
¿Cuántos días? De 7 a 10 días.
Ruta vitivinícola en Mendoza
Atentos fanáticos del vino: la respuesta a todos sus deseos está en este párrafo. ¿Por qué? Porque si hay algo que identifica a la argentina es la calidad de sus vinos. La Ruta 40 vuelve a cobrar protagonismo en una provincia con un claro objetivo: crear cepas increíbles que atraen paladares internacionales.
La travesía vitivinícola por excelencia se vive en Mendoza, reconocida entre las 10 grandes capitales del vino según Great Wine Capitals. Produciendo un 78% del total del país, es perfecta para el turismo en auto, desde sus viñedos hasta sus imperdibles.
La ciudad capital ofrece vida nocturna y rincones históricos y es un buen puntapié para conocer las principales bodegas de la zona céntrica, las más antiguas que existen (en las localidades de Maipú, Guaymallén, Luján de Cuyo, Godoy Cruz y Las Heras). La ruta 7 abre dos posibilidades hacia el este y el oeste: en el primer caso, más zonas de bodegas – las que ocupan mayor territorio y, por ende, producen a gran escala en Rivadavia, San Martín, Junín, Santa Rosa y la Pa -. Si se pone el GPS hacia el oeste, el paisaje sigue deslumbrando para conocer las famosas Termas de Cacheuta, Potrerillos para turismo aventura y Uspallata.
Para continuar la ruta del vino, la Ruta 40 acerca al turista al Valle de Uco, otro de los polos vitivinícolas y gastronómicos de la región. Es acá en donde está la bodega Zuccardi Valle de Uco, premiada por la organización The World’s Best Vineyards como la mejor bodega del mundo por dos años consecutivos (2019 y 2020). Salentein, por su parte, ocupa el ranking número 23 y también se encuentra en Uco.
Más hacia el sur se llega a la última región vitivinícola, que coincide a su vez con íconos mendocinos como el Cañón del Atuel y la ciudad de San Rafael.
¿Cuándo ir? Hay dos opciones: la primavera (septiembre – diciembre) y la época de la vendimia (entre febrero y abril) para aprovechar una de las fiestas nacionales más famosas: la Fiesta de la Vendimia – catalogada por National Geographic como la segunda fiesta de la cosecha más importante del mundo -.
¿Cuántos días? De 10 a 15 días para la ruta completa.
Parque Nacional Los Glaciares: El Chaltén y Calafate, Santa Cruz
El Chaltén es la capital nacional del trekking, con senderos de distintas dificultades que desembocan en maravillas naturales coronadas con lagunas, picos nevados y cascadas. Los trayectos duran de minutos hasta horas e incluso días, así que hay que ir preparado para gastar las suelas de las zapatillas. Pero, además de las impresionantes caminatas, conocer este pueblo y sus alrededores en auto complementa el plan a la perfección. Las rutas del sur argentino son atrapantes y llegan a rincones a los que los pies no. ¿El gran punto de referencia de El Chaltén? Su imponente Fitz Roy, de 3359 metros. Se ve desde todos lados y es el norte para los visitantes. Los recorridos de trekking imperdibles son: Laguna de los Tres para la postal icónica, Loma del Pliegue Tumbado, Laguna Torre y Laguna Capri.
A 3 horas y media desde El Chaltén, circulando un tiempo por la Ruta 40 y bordeando el Lago Viedma y el Lago Argentino, se llega a El Calafate, tierra de glaciares. Los gigantes de hielo se pueden visitar en excursiones por agua, acercándose a las masas celestes. La distancia desde el centro del pueblo hasta la estrella del lugar, el Glaciar Perito Moreno, es de 80 km. El camino incluye paisajes de estepa hasta la entrada al Parque, que presenta flora del lugar en forma de bosques. La pasarela más famosa del país permite las mejores panorámicas de los 250 km² que forman parte del glaciar.
¿Cuándo ir? La mejor época va de octubre a abril
¿Cuántos días? 10 días.
Fin del Mundo: Parque Nacional Tierra del Fuego
La adrenalina de recorrer las rutas más australes del mundo es todo lo que se necesita para poner primera y conocer lo que ofrece Ushuaia, en Tierra del Fuego. La ciudad, con su icónica bahía decorada por picos nevados, es la postal más clásica de la zona y la que roba más de un suspiro.
Además del centro con su icónico Museo marítimo y del presidio – claves para comprender la historia de la ciudad -, el Fin del Mundo recompensa al viajero con lagos, gastronomía y un Parque Nacional alucinante. La ruta 3 atraviesa la provincia y, a 40 minutos de Ushuaia, permite un recorrido entre montañas, con vistas privilegiadas a dos lagos icónicos: el Lago Escondido y el Lago Fagnano – ¡hay que frenar sí o sí en el Paso Garibaldi! -. El camino se hace despacio porque no se resisten las ganas de fotear los paisajes.
Otro trayecto imperdible es el que se adentra en el Parque Nacional Tierra del Fuego, a 12 kilómetros de Ushuaia (también por ruta 3). Son 63.000 hectáreas protegidas repletas de bosque, cascadas y senderos que desembocan en lagunas y tesoros naturales. También se puede subir a bordo del Tren del Fin del Mundo para disfrutar de las panorámicas fueguinas desde ese transporte histórico. Todo bordeando el famoso Canal de Beagle que, dicho sea de paso, también amerita un tour para navegarlo desde adentro y conocer el Faro del Fin del Mundo y la fauna local (pingüinos de magallanes y lobos marinos).
¿Qué probar sí o sí en el paso por Tierra del Fuego? Centolla, cordero fueguino y trucha, delicias que se pueden encontrar en todos lados.
¿Cuándo ir? El roadtrip encuentra su mejor versión entre octubre y abril.
¿Cuántos días? 7 días.
La Rioja y San Juan
Recorrer los Parques Nacionales Ischigualasto y Talampaya es lo más cerca que se puede estar de la luna. ¿Por qué? Por la particularidad geológica de su tierra, formaciones y colores. No por nada son considerados Patrimonios de la Humanidad. Además, en estos lugares se encontraron rastros del Período Triásico de la Era Mesozoica, es decir, de la época de los dinosaurios.
Los dos parques están uno al lado del otro y comparten muchos de los paisajes típicos. Un buen punto intermedio para conocerlos es Villa Unión, una ciudad sanjuanina que recibe a muchos turistas interesados en el circuito cuyano. La ruta 150 atraviesa estos dos patrimonios.
Ischigualasto (conocido como el Valle de la Luna) habilita un recorrido en auto solo con guía de por medio, en una excursión en caravana con otros autos para ver más de cerca la paleta de colores roja característica de la zona. Si el viaje coincide con luna llena, también se organizan excursiones de noche bajo la luz de las estrellas.El cañón de 100 metros de altura de Talampaya y sus icónicas formaciones no es lo único que ofrece este Parque Nacional. Además de un tour en bicicleta, la experiencia se lleva a otro nivel con la posibilidad de acampar entre paredes rojizas y uno de los cielos más despejados del mundo.
¿Cuándo ir? Primavera y otoño, porque en el verano se registran muchísimas lluvias y en invierno la temperatura desciende.
¿Cuántos días? 7 días.