El turismo de salud esta en auge. Las agencias de viaje hablan ya de especializarse en un segmento emergente en Europa. Este nuevo producto turístico se ha incrementado un 35 por ciento en cuanto al número de personas interesadas en pasar sus vacaciones en estaciones termales, centros de talasoterapia o SPA, mientras que los ingresos económicos en reservas han aumentado cerca de un 40 por ciento, respecto al año 2000.
Los establecimientos hoteleros que han visto en este segmento turístico un éxito asegurado, son cada vez más receptivos e incorporan áreas de salud y belleza que, en determinados casos, son lujosas y con gran variedad de tratamientos. Muchos hoteles de cuatro y cinco estrellas han buscado en los tratamientos de salud, relajación y estética, un complemento equiparable al que suponen los incentivos o los viajes de empresa. Además, constituyen un recurso importante contra la estacionalidad, puesto que los tratamientos resultan adecuados durante todo el año.
Desde el balneario tradicional que ha decidido unir al poder de sus aguas medicinales el de los tratamientos estéticos, faciales y corporales pasando por los Resort Spa norteamericanos o lo que es lo mismo, los SPA Hotel o Cur Hoteles españoles o de otras partes de Europa, proliferan en los Estados Unidos y en ese exótico y bello continente que es Asia. Puede decirse que se trata de una moda importada. Aunque, en cuanto a tradición, España es un país que en lo referido al diseño y explotación de centro de salud y bienestar siempre se ha adaptado bien a las corrientes europeas.
El Hotel Spa o el Cur Hotel se convierte en Spa con residencia durante varios días. Los Destination SPA son, por su parte, grandes complejos situados en lugares paradisíacos donde las personas invierten sus ratos de ocio, ósea, sus vacaciones, con un objetivo claro: rejuvenecer. En estos casos, además de talasoterapia, hidroterapia, algoterapia, fangoterapia, aromaterapia, nutrición, fitness, técnicas de relajación y meditación, y un largo ecetera, hombres y mujeres descansan, dejando atrás el estrés de la vida diaria.
El turismo de salud es, pues una inversión rentable. Según datos consultados de la Anet, los balnearios españoles registraron en el 2001 un total de 670.000 clientes, un 12% más que el año anterior, y unos ingresos de 144, 2 millones de euros. Aunque estas cifras sin importantes, la oferta turística se amplia a nuevos escenarios además del balnearios, los centros de talasoterapia y los SPA. Empresarios españoles conscientes de la evolución del termalismo importan de Centro Europa otras tendencias del mercado de turismo de salud que generan sustanciosos ingresos: el termoludismo.
El Termalismo Lúdico
Es decir, centros termo lúdicos que están diseñados para recuperar la vitalidad y al que acuden personas que buscan remedio al mal que afecta a las sociedades modernas: el estrés. Un nuevo concepto del agua termal que se manifiesta en todas sus formas y culturas. Diversión y relax para desconectar de la vorágine urbana.
La crisis económica que afecta a gran parte de Latinoamérica también llega al sector termal. En Argentina, cuya riqueza termal queda fuera de toda duda, hay sectores que siguen demandando un informe sobre la composición química e las aguas, algo que sabemos ya existe.
En Europa seguimos con atención la evolución del termalismo latinoamericano, y no comprendemos este empeño en demostrar reiteradamente, además del coste de inversión, que las aguas minero medicinales tiene un alto valor terapéutico en patologías del aparato locomotor, respiratorio o digestivo. Mientras los inversores europeos sin otra preocupación que la de rentabilizar el poder termal, adquieren complejos termales en lugares paradisíacos de América Latina.
La recién denominada provincia turístico termal de Entre Ríos, es una de las zonas donde la temporada de invierno arrancó con fuerza. Tenemos conocimiento a través de las Secretarías de Turismo, que el porcentaje de ocupación hotelera fue en algunos municipios del cien por cien. Solamente hace falta que las cifras de las estadías en sus diferentes complejos termales, se conozcan de forma oficial para que Europa descubra que las termas de este país pueden ser “una materia prima” exportable. En la actualidad es un producto en alza para el turismo de interior de Argentina.
El empresariado europeo que llega a países como Argentina, Uruguay o Brasil, invierte si encuentra un entorno termal con una adecuada infraestructura para el desarrollo óptimo del turismo de salud. No tiene necesidad de conocer la analítica de sus aguas mineromedicinales. En realidad, invierte porque es consciente del valor de sus aguas termales.
En consecuencia es tarea de las distintas administraciones públicas tomar decisiones y dotar de infraestructuras urbanísticas y medioambientales, áreas turísticas donde existen espacios termales con alto grado de rentabilidad.
Latinoamérica tiene un termalismo esencialmente familiar y como tal debe responder a sus necesidades. Las aguas termales se vuelven juguetonas para la gente que busca diversión, sus propiedades salutíferas mejoran la calidad de vida, embellece el cuerpo y regala equilibrio al espíritu. En los países centroeuropeos como Hungría este concepto se llama wellness y la versión importada en España, es el termoludismo.
El corredor del Uruguay y Argentina junto con Brasil gozan de abundante riqueza en acuíferos de aguas termales. Si existe probada experiencia de años respecto a los beneficios de sus propiedades terapéuticas, hay que adaptar esta corriente europea del termalismo lúdico a mejorar su gestión, es decir, aplicar un eficiente y eficaz marketing termal. Puede que aquí esté la clave de la crisis.
Los eventos de actualización en termalismo no pueden obviar que un establecimiento balneario es una empresa que como tal debe ser gestionada con criterios de rentabilidad. Quienes tienen las riendas del termalismo latinoamericano no solo deben pensar en prestigiar sus congresos. Los mecenas que financian estos encuentros, condicionados por la crisis económica que azota a los países del entorno, solo patrocinarán aquellos que respondan a la rentabilidad de su inversión.
En definitiva. El termalismo del nuevo milenio demanda mayor dinamismo y operatividad. Evolucionar sin renunciar a la parte científica que aportan las aguas termales a nuestra salud. Adaptarse a la realidad de un termalismo más lúdico que proporcione salud, ocio y bienestar. En este apartado, Latinoamérica es donde debe, realmente, mirar para Europa.
por Dra.. Mayte Suárez Santos.
Consultora Europea de Turismo y Gestión Termal
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Editora de GRUPO TERMAS Y RUTAS SALUDABLES
Asesora de Termalismo Internacional de TermaSalud.com
http://www.termasworld.com