En San Juan, el uso de las aguas termales fue histórico y cultural. Por ello, se desarrollaron ciertos sitios en su consecuencia. Pismanta, Talacasto, La Laja, Agua Hedionda y otras. Se llegó a tener más de sesenta sitios. En otras épocas fueron usados por el sanjuanino en la salida dominguera. Sólo sabían que eran buenas. Se bañaban en ellas, porque les hacía bien y algunas veces eran recomendadas por los médicos. Ahora el sanjuanino viaja a Santiago del Estero, por la cantidad de hoteles, residencias, espacios de entretenimientos y por la promoción del sitio. También en alguna oportunidad lo he comentado, cuando asistí a un Congreso de Aguas termales Internacional a Cuba. Yo sólo sabía de turismo y quería ver qué se debía hacer para llegar a una explotación de las aguas nuestras, turísticamente en forma más general. Mostré lo que llevaba de las Aguas de San Juan, la calidad de las mismas. Cuando vieron las de Agua Hedionda, especialistas en el tema expresaron que esas termas eran mejores que la de Italia. Así lo sabrían los Lamas, que quisieron realizar una explotación del sitio, lo que no se les concedió. También fui a Santiago del Estero, en aquellas épocas que Turismo era sólo una Dirección. Nos invitaban a profesionales para participar de encuentros con el fin de aprender de diferentes desarrollos. Vi todo lo que nosotros no teníamos para el beneficio del turismo termal y para la salud, por supuesto.
La historia de las aguas termales de La Laja es riquísima, imposible relatarla por el espacio. Me fue facilitada por un descendiente de los primeros propietarios. Además, la información de los desarrollos que se han llevado a cabo en las de Talacasto y lo incierto permanente de Agua Hedionda.
De Pismanta, no hay necesidad de hablar, hoy nada que ver con el proyecto original, pero «funciona». Y, otras que se están desarrollando en el departamento Iglesia que puede decirse que están muy bien explotadas.
En otros lugares del país y del mundo, los lugares que tienen aguas termales constituyen un imán para la explotación turística. Un ejemplo concreto es el de las Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero, que comenzó como un lugar promocionado para jubilados. Pero que desde hace un tiempo es centro de atracción para turistas de todas las edades.
En San Juan se habla de dos proyectos presentados para Albardón para el desarrollo del turismo termal. Sin embargo, como ya mencioné, hay otros lugares que también deben ser contemplados para ponerlos en valor con fines turísticos. Sin dudas que esto sumaría un gran desarrollo hotelero y gastronómico, entre otras actividades. De esta forma, la llamada industria sin chimeneas traería muchas divisas para la provincia y como consecuencia la generación de trabajo para muchos sanjuaninos.
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