El Día Mundial del Agua se celebra anualmente el 22 de marzo como un medio para centrar la atención en la importancia del agua dulce y abogar por la gestión sostenible de los recursos de agua dulce. Se trata de tomar medidas para hacer frente a la crisis mundial del agua, en apoyo del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6: agua y saneamiento para todos para 2030.
En 2024, el Día Mundial del Agua se centra en el agua para la prosperidad y la paz; La UNESCO y la Comisión Económica de las Naciones Unidas para-Europa co-leaderan la celebración para la ONU.
La gestión sostenible del agua genera una gran cantidad de beneficios para las personas y las comunidades. Es a través de estos beneficios que el agua conduce a la prosperidad. Y la distribución equitativa de estos beneficios promueve la paz.
Cuando se trata de agua, compartir es verdaderamente cuidar.
En esta ocasión, la UNESCO desea recordar la importancia del diálogo y la cooperación en el ámbito del agua, ya se trate de aguas superficiales o subterráneas, líquidas o heladas. Esta cooperación internacional no solo es conveniente, sino también necesaria cuando más del 40 % de la población mundial vive en cuencas fluviales transfronterizas, que representan casi el 60 % de los recursos mundiales de agua dulce.
Mensaje de la Sra. Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, con motivo del Día Mundial del Agua 22 de marzo de 2024.
Actualmente, una de cada dos personas en todo el mundo padece escasez de agua durante varios meses al año1. Y en ciertas regiones del planeta, esta escasez de agua, que antes era la excepción, se ha convertido en la regla.
Conocemos las consecuencias de esta situación: la escasez de agua no solo agrava las tensiones geopolíticas, sino que también supone una amenaza para todos los derechos fundamentales, por ejemplo, al debilitar considerablemente la condición de las niñas y las mujeres. En muchas zonas rurales, las niñas y mujeres son las principales encargadas de recoger el agua y dedican varias horas al día a esta tarea, lo que pone en peligro su acceso a la educación y su participación en la vida económica.
Por consiguiente, el acceso al agua y la preservación de los recursos hídricos son retos fundamentales para la sociedad que exigen nuevas modalidades de consumo y gestión de este preciado recurso.
Estas son las conclusiones de nuestro último Informe mundial sobre el desarrollo de los recursos hídricos, coordinado por la UNESCO en nombre de ONU-Agua.
Este informe se publica anualmente con motivo del Día Mundial del Agua, el 22 de marzo. Tanto el informe de este año como la edición de 2024 del Día Mundial del Agua se dedican al tema “Agua para la prosperidad y la paz”.
En esta ocasión, la UNESCO desea recordar la importancia del diálogo y la cooperación en el ámbito del agua, ya se trate de aguas superficiales o subterráneas, líquidas o heladas. Esta cooperación internacional no solo es conveniente, sino también necesaria cuando más del 40 % de la población mundial vive en cuencas fluviales transfronterizas, que representan casi el 60 % de los recursos mundiales de agua dulce.
A fin de fomentar la cooperación internacional en el ámbito del agua, la UNESCO lleva a cabo una serie de iniciativas. Por ejemplo, en la región del Gran Mekong, que incluye Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam, estamos intensificando la utilización de los recursos de aguas subterráneas como medio de adaptación al cambio climático. En esa misma línea, la Organización ha establecido un marco de gestión común del acuífero de Stampriet, situado entre Botswana, Namibia y Sudáfrica.
La UNESCO también presta apoyo técnico a los Estados Miembros para garantizar la calidad de los recursos de agua dulce. La Organización ha puesto en marcha una plataforma innovadora para la vigilancia operacional por satélite de la calidad del agua en dos cuencas transfronterizas: la del lago Chad, que abarca el Camerún, la República Centroafricana, el Níger, Nigeria y el Chad, y la del Río de la Plata, que riega la Argentina, Bolivia, el Paraguay y el Uruguay.
El tema del Día Mundial del Agua de 2024 es, pues, un llamamiento a la acción –para gestionar el agua de forma sostenible, restablecer los lazos con nuestro planeta y, en última instancia, construir la paz. Como señaló en 2021 el artista brasileño y Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO Vik Muniz, “solo hay una Tierra, no un planeta para la naturaleza y otro para los humanos”.